Leyendas Del Deporte
  Martina Navratilova
 
MARTINA NAVRATILOVA (TENISTA CHECA)

Martina Navratilova:



Todavía nadie ha logrado superar sus registros. Revolucionó el mundo del tenis con su juego de saque y volea y se convirtió en la primera tenista "atleta". Es la auténtica reina de Wimbledon.Nadie puede discutir su reinado. Navratilova continúa siendo hoy en día la mejor tenista de todos los tiempos. Superó a todas sus predecesoras y las que vinieron después suyo -Steffi Graff, Martina Hingis o Venus Williams- no llegaron nunca a alcanzar su nivel. Su sueño fue siempre triunfar en la hierba del All England Club. Y nunca un sueño llegó a ser tan realidad. Sus nueve títulos de Wimbledon así lo acreditan. La hierba era su segunda casa, o a lo mejor incluso su verdadera casa. Pasional como pocas y liberal como ninguna, su claridad a la hora de hablar con la prensa le trajo siempre muchos dolores de cabeza pero, a su vez, le facilitó mucho las cosas ya que nunca se tuvo que esconder de nada.

Aunque pasó a la historia como tenista norteamericana, Navratilova es checoslovaca. En 1956, cuando nació, lo que ahora son dos países: la República Checa y Eslovaquia, eran un solo país: Checoslovaquia. Y Praga era su capital. Allí nació Martina, en medio de la influencia soviética y del comunismo reinante entonces en la Europa del Este. Pero ella nunca se sintió cómoda en aquel ambiente y, como reconoció años más tarde en su autobiografía, debido a su carácter rebelde e independiente se dio cuenta que desde muy pequeña ella había nacido para ser americana. Hasta los tres años, la joven Martina vivió en las Montañas Krkonose, cerca de la frontera polaca. Allí tomó sus primeras lecciones de esquí y allí nació su amor por las montañas. Y es que cuando se trasladó a los Estados Unidos, Navratilova viviría muchos años en la montañosa Aspen, en Colorado.

Cuando sus padres se separaron en 1959, Martina y su madre se trasladaron a Revnice, una pequeña localidad cerca de Praga donde vivía la familia de su madre. Allí fue donde la pequeña Navratilova tendría su primer contacto con el mundo del tenis. Su abuela materna, Agnes Semanska, ya había destacado en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.Además, su madre y su padrasto, Mirek Navratil, pasaban mucho tiempo en el Club de Tenis local donde la pequeña pasaba horas y horas viendo tenis. Su madre le regaló la vieja raqueta de madera de su abuela. Era una raqueta sin grip, en mal estado y que parecía enorme para una niña de cuatro años. Pero a ella le dio igual y comenzó a pasar largos ratos golpeando la bola contra la pared con su raqueta "nueva". Su padrasto la inició en el tenis. Nunca se lo impuso, siempre se intentaba asegurar de que la pequeña Martina se divertía jugando. A los ocho años comenzó a disputar torneos y cosechar éxitos. Dio clases con George Parma, el mejor tenista checo de la historia. Pero la idea de ser profesional le empezó a rondar la cabeza cuando fue a ver jugar a Rod Laver en Praga.

En aquellos años, el comunismo utilizaba a los deportistas de élite para conseguir que los ciudadanos se sintieran orgullosos de su país y olvidar las miserias que rodeaban a su vida diaria. Eran épocas difíciles. En 1968, el equipo checoslovaco de hockey hielo batió a Rusia durante los Juegos Olímpicos. Eso hizo soñar a muchos con la posibilidad de disfrutar de una mayor libertad. Incluso una joven Navratilova sintió eso en el ambiente. Pero la noche del 20 de agosto muchos sueños se esfumaron. La Unión Soviética decidió acabar con la llamada Primavera de Praga y entró con sus tanques en la capital. Eso acabó con las esperanzas de muchos checos y en los años venideros más de cien mil personas desertaron, entre ellos muchos artistas, escritores y deportistas. El país entristeció de golpe. Empobrecieron y fueron oprimidos por el poder establecido. Eso hizo recapacitar a Martina que decidió que abandonaría su patria, no estaba dispuesta a pasar su vida bajo un régimen como aquel.

Su primer contacto con suelo americano fue a los 16 años. Hizo un tour de ocho semanas disputando varios torneos. Al años siguiente, las autoridades de su país le volvieron a conceder un visado de salida y volvió a Estados Unidos donde, en Orlando, ganó su primer torneo profesional. Eso fue suficiente para hacer ver a Martina que quería una vida libre en América. Consciente de que podía perder sus privilegios muy pronto debido a las buenas relaciones que mantenía con tenistas norteamericanas y lo mal que se encajaba esto en un país satélite de la Unión Soviética, Navratilova tomó la decisión. Desertaría durante la disputa del Open USA de 1975. Dejaría su vida de lado y afrontaría una nueva etapa. Pasarían cuatro años hasta que pudiera abrazar a su familia otra vez. Pasó aquel Open USA literalmente secuestrada en su hotel por agentes del FBI y del Servicio de Inmigración norteamericano. Perdió en semifinales ante Chris Evert. Con el tiempo, sus enfrentamientos con Evert se convirtieron en leyenda. Eran grandes amigas y eso engrandeció la leyenda. Se habían enfrentado en el primer viaje de Navratilova a Estados Unidos. La checa idolatraba a Evert. Su talento, su personalidad abierta y su experiencia.

Su nueva vida no tuvo un comienzo fácil. No conseguía los éxitos deportivos esperados. Además, engordó muchos kilos debido a una dieta muy poco equilibrada y la prensa se cebó con ella. La llegaron a llamar "La gran y amplia esperanza". Pero poco a poco Martina se fue rodeando de nuevos amigos. Sentaba las bases de su nueva vida. Con la ayuda de la campeona de golf Sandra Haynie, una rebelde Navratilova se transformó. Se convirtió en una atleta. Fue la primera tenista que centró su preparación en el físico. Empezó a correr, a levantar pesas y, bajo la supervisión de un dietista, a mantener una dieta muy equilibrada. En 1978 ganó 37 partidos oficiales seguidos. Superó a su amiga Chris Evert para alzarse con su primer Wimbledon. Al día siguiente sería proclamada nueva número uno mundial. A pesar de volver a reinar en la hierba londinense al año siguiente, Navratilova seguía sin calar hondo en la gente. La prensa no la consideraba una campeona y empezó a centrarse en su vida privada, en su relación con la escritora Rita Mae Brown. No tardó a responder a esos rumores, y lo hizo con una franqueza muy poco habitual. Reconoció su bisexualidad públicamente. Esto le dejó sin spónsors.

En 1981 comenzó a trabajar con Nancy Lieberman, jugadora profesional de baloncesto, bajo un durísimo régimen de entrenamientos. Aquel mismo año obtuvo la nacionalidad norteamericana y acabó el año ganando el Open de Australia. La nueva Martina era ya una realidad. Incluso la gente comenzó a tenerle cariño. Ella respondió como mejor sabe, ganando. En 1982 batió todas las marcas al ganar 15 torneos individuales y 14 de dobles. Incluyendo su primer Roland Garros y el primero de sus seis Wimbledons seguidos. Por entonces, Navratilova había ya superado el nivel de su gran rival. Pero Chris Evert no se rindió. Con humildad y la clase que le caracterizaba, se subió las mangas y comenzó a trabajar duro y a adaptarse a las nuevas habilidades de Martina. El resultado fue una rivalidad épica que emocionó a millones de aficionados durante diez años. Eran dos estilos diferentes. Uno más físico y el otro más técnico. El último enfrentamiento se disputó en Chicago, con victoria de Navratilova. Al año siguiente, Evert se retiró.

En 1990, Martina lograría su noveno y último título de Wimbledon con 34 años, demostrando que la hierba era su hogar. Su retirada se produjo en 1994, con 38 años. Pero a pesar de su edad, fue un último año muy intenso. Alcanzó la final de Wimbledon donde cayó derrotada por la española Conchita Martínez. Su adiós oficial se produjo en el Masters de Nueva York, donde perdió con Gabriela Sabatini. Era el fin a una carrera llena de éxitos. Desde entonces y hasta 2006 se dedicaría a jugar algunos torneos de dobles. Tras ganar el Open USA de 2006, su adiós se convirtió en definitivo. Navratilova había revolucionado el mundo del tenis. Sin ella, el deporte de la raqueta quedaba huérfano.

SUS TÍTULOS:

  • 18 Grand Slam Individuales (9 Wimbledon, 2 Roland Garros, 3 Open de Australia y 4 Open USA)
  • 31 Grand Slam Dobles (7 Wimbledon, 7 Roland Garros, 8 Open de Australia y 9 Open USA) 
  • 10 Grand Slam Dobles Mixtos (4 Wimbledon, 2 Roland Garros, 1 Open de Australia y 3 Open USA)
  • 167 títulos individuales
  • 8 Masters

FUENTE: eDEPORTE
 
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