Leyendas Del Deporte
  Dani Pedrosa
 
DANI PEDROSA (PILOTO DE MOTO GP ESPAÑOL)

Dani Pedrosa:

(Daniel Pedrosa Ramal; Sabadell, 1985) Piloto motociclista español, abanderado de una nueva generación de jóvenes valores del Campeonato del Mundo de Velocidad. Tras convertirse en 2003 en el piloto nacional más joven que conquistaba el título de 125 centímetros cúbicos, en 2004 ganaba el mundial de 250 centímetros cúbicos en el circuito australiano de Phillip Island, convirtiéndose en el más precoz bicampeón de la historia con dos títulos consecutivos en distintas cilindradas. Revalidó su título de campeón mundial en 2005.


Dani Pedrosa

Dani Pedrosa es el hijo primogénito de una modesta familia de Castellar del Vallès (Barcelona). Sus grandes apoyos los ha recibido de su padre, Antonio Pedrosa, y en particular de su madre, Basilia Ramal, aunque su admirador más entusiasta es su hermano Eric, que tiene cinco años menos que Dani.

Pedrosa se crió contemplando vídeos de campeones como Wayne Rainey, Eddie Lawson y Michael Doohan, su gran ídolo junto a Valentino Rossi, memorizando todo cuanto hacían en los diferentes circuitos. En 1989, con sólo cuatro años, su padre le regaló una Italjet 50 de motocross, que montaba dos ruedas laterales de apoyo.

A los seis años montó su primera pocket bike, una réplica en miniatura de una Kawasaki, con la que empezó a competir en pruebas locales. A los diez años se inscribió en el Campeonato de España de Minibikes, siendo tercero en 1997 y campeón al año siguiente. Dani se impuso con total autoridad, pero la falta de presupuesto casi dio al traste con su prometedora carrera.

Entonces apareció la figura del ex piloto Alberto Puig, quien había sido elegido director técnico de una revolucionaria fórmula para la búsqueda de nuevos talentos, la Movistar Activa Joven Cup, creada en enero de 1999 con la financiación de la empresa de telefonía que le da nombre. Pedrosa, a quien debían aguantarle el cojín porque no llegaba con los pies al suelo (mide 1,58 metros y pesa sólo 49 kilos), y que había aprendido en una sola semana a cambiar de marcha en una moto de verdad porque sus minimotos eran automáticas, compitió aquel mismo año en la Movistar. Fue uno de los tres pilotos seleccionados por Puig para disputar el campeonato de España 2000 en 125 cc, junto a Joan Olivé y Raúl Jara, gran amigo de Pedrosa. Cuatro pole positions en seis carreras y el cuarto puesto en la clasificación final fueron suficientes para que Puig lo incluyese en el equipo Telefónica Movistar Honda que disputaría el mundial de 125 cc en 2001.

 

En el mundial:

En 2001, con apenas quince años (el piloto más joven de la historia en disputar un mundial), asombró a propios y extraños por su determinación y valentía. En una temporada de rodaje, logró su primer podio en Valencia (fue tercero), tras una carrera épica en la que compitió contra los mejores de la categoría. Pero no acabó ahí su gesta, porque en Japón subió de nuevo al podio en el mismo escalón y terminó octavo del mundial, siendo elegido el «Mejor Rookie» de la temporada.

En 2002 prosiguió su aprendizaje, pero ya dejó patente que sería campeón a las primeras de cambio y que se trataba de un piloto con unas cualidades innatas insólitas. A pesar de su proverbial humildad, no se conformaría con ser segundo. A este respecto comentó Puig, su mánager: «Es como una esponja. Le hablas, te escucha, procesa y, después, actúa». Aquel año consiguió ya su primera y espectacular victoria, en el circuito holandés de Assen, y la reeditó en Cheste (Valencia). Concluyó la temporada con un bagaje de nueve podios, seis pole positions y la tercera plaza en el mundial.

En 2003 tocó el cielo y descendió al infierno. Tras una campaña sólida, en la que sólo en dos ocasiones terminó por detrás de la sexta posición (además de una carrera no terminada y otras dos no disputadas de las dieciséis del mundial), en el Gran Premio de Malasia puso la guinda a sus cinco victorias y un segundo puesto, adjudicándose su primer título mundial de 125 centímetros cúbicos, con una Honda. Sólo el experimentado italiano Stefano Perugini puso en aprietos a aquel chaval que se convertía en el español más precoz en proclamarse campeón mundial, con 18 años y 13 días, y en el segundo de la historia, tras el italiano Loris Capirossi, campeón en 1999 de la misma cilindrada con 17 años y 165 días. En el podio «lloró como un niño», como decía su madre en un famoso anuncio de televisión en el que intervenía junto a su hijo.

Sin apenas tiempo para celebrar el título, seis días después vino lo inesperado, y más en un piloto tan seguro, que consigue una perfecta simbiosis con su moto, como si se tratara de una sola pieza. En la octava vuelta de los entrenamientos libres del circuito australiano de Phillip Island, penúltimo gran premio del campeonato, cuando iba a 170 kilómetros por hora, en lugar de «negociar» la curva (como se dice en el argot) y dirigirse hacia la derecha, se fue hacia la izquierda, golpeándose con los dos pies por delante contra el muro de protección, que estaba demasiado cerca (ese mismo año se modificó la distancia). En el impacto se fracturó los dos tobillos y el astrágalo de la pierna izquierda.

Los médicos le aconsejaron que se operara en Cowes, la población más cercana e importante, pues si era trasladado a España podía sufrir una necrosis. Pero el aparato de rayos X no funcionaba, y finalmente fue trasladado al Alfred Hospital de Melbourne, donde le colocaron dos tornillos en el maléolo derecho y cuatro en el izquierdo, porque el astrágalo es un hueso húmedo y blando, lleno de cavidades por las que fluye la sangre. Los pesimistas dijeron que no volvería a andar con normalidad, y mucho menos a correr, pero desconocían la fuerza de voluntad de Dani.


El accidente de 2003 no frenó su progresión

Después de permanecer una semana en la UCI en Melbourne regresó a España. Por delante, cinco semanas de inmovilización y cuatro meses de rehabilitación y preparación física, que llevó a cabo en la Residencia Blume del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), con sesiones de ocho horas diarias, supervisadas por su preparador físico, Daniel Suñé. La superación de aquel trance fortaleció aún más su natural fuerza de voluntad.

 

Regreso a lo campeón:

Nadie daba crédito a lo que se vio en Valencia: poco antes de iniciarse la temporada 2004, Pedrosa se subió de nuevo a una moto, esta vez una 250, para comprobar qué sensaciones tenía. Era volver a empezar, de cero, y además, con una cilindrada superior. Hizo unos tiempos increíbles. Además, en una apuesta muy arriesgada, desafió a la marca tomando la decisión de correr con el chasis de 2003, obviando el trabajo que los ingenieros japoneses habían llevado a cabo tras seis meses de experimentos. Dani adaptó la Honda RSW 250 a su gusto e instinto.

Con aquella confianza de la prueba en el circuito Ricardo Tormo se presentó a la primera carrera, en Sudáfrica, para familiarizarse con la moto y con sus nuevos competidores. No sólo salió de la primera línea de parrilla, sino que, además, ganó la carrera, convirtiéndose en el debutante más joven de 250 que se adjudicaba un Gran Premio. De ahí hasta el final sumó doce podios en catorce carreras y sólo dejó de puntuar en Jerez por una caída bajo el diluvio. Con su cuarto puesto en Phillip Island, donde un año antes casi se había truncado su carrera, se convirtió en el piloto más joven en ganar dos títulos consecutivos en dos cilindradas diferentes, algo que sólo había conseguido el italiano Carlo Ubbiali en 1959 y 1960.

Con el título en 2004, el motociclismo español (que vivía uno de sus mejores años desde 1999, cuando vencieron Emilio Alzamora en 125 centímetros cúbicos y Àlex Crivillé en 500) sumaba ya 27 títulos mundiales. Según todos los expertos, Pedrosa proyectaba la imagen del piloto del futuro, el único que, si seguía su progresión, sería capaz de igualar los registros de Valentino Rossi, quien, ya antes de que el español se coronara campeón, proclamó sin tapujos: «Dani, eres un fuori serie».

La temporada 2005 supuso la confirmación de su reinado en el cuarto de litro. Pedrosa volvió a proclamarse campeón a dos grandes premios del final de la temporada, imponiéndose a un Casey Stoner que inquietó en algunas ocasiones al piloto español, pero que, al final, no fue rival para él. Pedrosa comenzó venciendo en el Gran Premio de España, lo que hacía presagiar una gran temporada. Sin embargo, las dos siguientes citas se saldaron con unas paupérrimas cuarta y sexta posiciones, lo que parecía ser síntoma de un título más competido.

Sin embargo, Pedrosa encadenó cuatro victorias seguidas y un segundo puesto en Japón, lo que le colocaba en una magnífica posición para conseguir el título. En Malaisia falló, al irse al suelo, y Stoner aprovechó la oportunidad para acercarse en la clasificación tras cruzar la meta en primer lugar. En Qatar, Stoner volvió a ganar, y Pedrosa sólo pudo ser cuarto. Así las cosas, se prometía un final muy apretado en los últimos tres premios, con el australiano a sólo veintiséis puntos de Pedrosa. Sin embargo, una exhibición de Pedrosa y una inoportuna caída de Stoner en el circuito de Australia sumaron una distancia de más de cincuenta puntos entre ambos, suficiente para que el español se hiciera con el título. Un segundo puesto más en Turquía fue el preludio para la despedida a lo campeón en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, donde demostró una vez más su enorme clase al cruzar primero la meta.

En 2006, tras lograr su tercer Campeonato del Mundo, Pedrosa decidió debutar en Moto GP, la categoría reina, de la mano del mejor equipo de la última década, el Repsol Honda Team. Para ello contó con la ayuda de Alberto Puig, que planificó el cambio de categoría con prudencia y enfocó el trabajo en el aprendizaje y la adaptación a las grandes diferencias entre una Moto GP respecto a una de 250 cc.


Pedrosa compitiendo en Moto GP

La dura preparación llevada a cabo y la progresión en los entrenamientos desembocaron en un magnífico debut en la categoría, que le valió proclamarse novato del año tras conseguir dos victorias, seis podios y la quinta posición final en el campeonato. En su primera carrera en Jerez consiguió terminar en segunda posición por detrás de Loris Capirossi. En las siguientes pruebas hubo altibajos, pero en el Gran Premio de China, por fin, pudo hacerse con la victoria, acompañado en el podio de su compañero de equipo Nicky Hayden, que posteriormente se haría con el título de Campeón del Mundo, mientras que el equipo de Repsol Honda consiguió el título de constructores y Pedrosa el de "Rookie" del año. Una temporada plagada de éxitos para el equipo.

En 2007, Pedrosa afrontaba la temporada con el objetivo de dar un paso más en su progresión. Renovó con el equipo Hinda Repsol HRC y alcanzó el segundo puesto en el campeonato mundial de Moto GP tras el australiano Casey Stoner, e incluso logró superar a Rossi en el último Gran Premio en Valencia. Tras este subcampeonato mundial, parece claro que sólo Stoner y Pedrosa tienen posibilidades de destronar en un futuro inmediato al por ahora imbatible Valentino Rossi, que se hizo en 2008 con su sexto título mundial en la máxima cilindrada.

Como a la mayoría de los jóvenes de su edad, le encantan la PlayStation, el pop-rock, el cine y la literatura de aventuras. Su película preferida es La Roca, y entre las estrellas del séptimo arte se decanta por Eddie Murphy y Catherine Zeta-Jones. Aparte de la moto, es un apasionado practicante del ciclismo y del surf. Cuando abandone el motociclismo profesional, tiene la intención de sacarse el título de piloto de aviación. Eso será después del carné de conducir; aunque parezca mentira, en el momento de proclamarse campeón de 250 no tenía ni siquiera el carné de moto, porque el accidente le impidió examinarse al cumplir los dieciocho años.




Extraído de Biografias y Vidas

 
 
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